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Qué es el estado de flujo en el trabajo y cómo conseguir entrar en él

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Estado de flujo en el trabajo

Al que le ha pasado lo sabe, aunque quizá nunca le ha puesto un nombre. A veces, estás trabajando en un proyecto y, de repente, sin que te des cuenta, estás completamente concentrado, los problemas se resuelven a toda velocidad y avanzas sin pausa. Cuando paras un momento y miras la hora que es, adviertes que ha pasado mucho tiempo y que durante todo ese rato lo único que te importaba era tu tarea y nada más. En eso consiste el estado de flujo o de flow, un estado mental que resulta muy productivo a la vez que placentero.

Este estado ha sido ampliamente estudiado en el mundo de la psicología desde los años 70, pero el primer experto que se ocupó de él de una forma más exhaustiva y quien le puso nombre fue el húngaro Mihály Csíkszentmihályi en su libro Fluir (flow): una psicología de la felicidad, publicado en 1975.

La definición que este autor le dio a este proceso en el libro fue la siguiente: “El flujo o estado de flow es un estado subjetivo que las personas experimentan cuando están completamente involucradas en algo hasta el extremo de olvidarse del tiempo, de la fatiga y de todo lo demás, excepto de la actividad en sí misma”.

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¿Cómo saber si hemos alcanzado este estado?

El estado de flow puede llegarnos mientras realizamos cualquier tipo actividad ya sea leer, escribir, pintar, realizar una tarea manual, jugar a un videojuego… Pero también en medio de nuestra jornada laboral, escribiendo un completísimo correo electrónico o trabajando en Excel. 

En este ámbito laboral los efectos del estado de flujo pueden resultar impresionantes y muy beneficiosos. Según un estudio realizado por la consultora McKinsey, los ejecutivos que consiguen entrar en este estado son capaces de incrementar su productividad nada menos que en un 500%, o lo que es lo mismo, de trabajar cinco veces más rápido. 

Pero eso sí, el estado de flujo también resulta muy esquivo. En el mismo estudio se descubrió que los mismos ejecutivos solo conseguían llegar a ese estado durante un 10% de su jornada laboral. Las distracciones a las que normalmente nos enfrentamos en nuestra vida diaria y en la oficina no ayudan precisamente a alcanzar este “estado de gracia”.

Pero, ¿cómo saber si estamos en estado de flujo o no? Cuando estamos en flow nuestra mente se enfoca plenamente en la tarea que estemos realizando y se alcanza un alto grado de concentración. La actividad en sí misma nos resulta gratificante, lo que nos genera un sentimiento placentero mientras la realizamos.

Además, se produce una pérdida de la noción del tiempo, sumergiéndonos en el trabajo sin percatarnos del paso del mismo. Vemos la tarea como algo completamente alcanzable y confiamos en nuestras propias competencias para llevarla a cabo, lo que nos brinda un sentimiento de satisfacción personal. Asimismo, tenemos la sensación de tener el control total sobre nuestro propio esfuerzo. Durante la actividad, la fatiga parece desaparecer y el estado de conciencia se vuelve casi automático, lo que hace que se requiera muy poco esfuerzo para continuar.

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¿Cómo alcanzar el estado de flujo?

Tanto por la felicidad que nos aporta como por lo fácil que nos hace realizar nuestras tareas tanto en el trabajo como en nuestra vida personal, alcanzar el estado de flow resulta algo muy deseable pero, ¿cómo hacerlo?

Existen diferentes técnicas que fueron expuestas por el propio Mihály Csíkszentmihályi en sus trabajos sobre el tema. A continuación detallamos algunas de las más interesantes:

  1. Haz algo que te resulte interesante y disfruta del proceso

El estado de flow aparece cuando estás completamente inmerso en una actividad y disfrutas del proceso. Para aumentar la productividad y la creatividad en lo que estás haciendo, debes encontrar una tarea que te resulte interesante y que te permita disfrutar del proceso. Esto significa que la actividad debe ser desafiante, pero no tanto como para hacerte sentir abrumado. Si la tarea es demasiado fácil, es probable que te aburras y pierdas el interés. La clave está en encontrar el equilibrio perfecto entre la motivación y la habilidad.

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  1. Márcate objetivos claros y alcanzables

Los objetivos que te marques en la actividad deben ser específicos y realizables. Si los objetivos que te marcas suponen un grado de dificultad que te exige un sobreesfuerzo, entonces puede resultar estresante. Sin embargo, si los objetivos son demasiado fáciles de alcanzar, pueden no ser lo suficientemente desafiantes como para mantenerte motivado. Es importante encontrar un equilibrio entre el desafío y la capacidad para alcanzar los objetivos.

  1. Encuentra un momento tranquilo y evita las distracciones

En la mayoría de los casos, resulta más fácil alcanzar un estado de flow en un entorno tranquilo que en un entorno que no lo sea. De esta manera, es más fácil que no existan distracciones y se pueda disfrutar del momento en toda su totalidad. Las interrupciones continuas no favorecen a que alcancemos el estado de flujo. Si lo que quieres es ser más productivo, puedes identificar el momento del día en que rindes más. Algunas personas trabajan mejor por la mañana, otras por la tarde y otras por la noche.

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  1. Mantén la atención todo el tiempo que puedas

Una vez que hayas encontrado ese momento tranquilo sin distracciones, intenta mantener la atención en la tarea. En ocasiones, especialmente si practicas una actividad por primera vez, es normal que no estés mucho tiempo concentrado. A medida que vayas dominando la actividad, tendrás más tiempo para disfrutarla. Por otro lado, debes prestar atención a las necesidades fisiológicas (como comer, ir al baño, beber, etc.) porque interfieren en tu nivel de atención. Por lo tanto, es importante cubrir estas necesidades para favorecer el estado de flow.

  1. Tu nivel de habilidad debe coincidir con la dificultad de la tarea

cuanto más en sintonía esté nuestro nivel de habilidad con la actividad que realizamos, más placentera nos va a resultar ésta. En otras palabras, si estamos bien preparados para hacer algo, existen más posibilidades de alcanzar el estado de flow. Pero añadir un poquito de dificultad a la tarea puede mantener nuestro grado de motivación alto. El problema surge cuando la tarea nos viene grande, entonces deja de ser placentera.

  1. Céntrate en el proceso, no en el resultado

El estado de flow o flujo está relacionado con la realización de la tarea, no con el resultado. Un resultado atractivo puede ser motivante también, pero lo realmente importante es disfrutar de lo que se hace. El estado de flow hace referencia a divertirse en el presente, es decir, a perderse en ese momento de felicidad. Por tanto, céntrate en el proceso y disfruta.

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Periodista freelance de Barcelona especializado en economía, tecnología, lifestyle, cultura y relaciones. Fue Director editorial de Vice España y su trabajo ha aparecido en medios como El País, El Periódico de España, S Moda, Vice y Yorokobu, entre otros.

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