La idea central de Lidera con sentido del humor. Los equipos más eficaces se divierten trabajando gira alrededor de que el humor en el trabajo es una herramienta fundamental en la gestión de equipos. Sergio de la calle muestra a lo largo de sus páginas datos y estudios que avalan su tesis además de enseñar cómo implementar esta herramienta en el día a día de las compañías con éxito.
El humor en el trabajo aumenta el impacto de la comunicación, fomenta la creatividad, mejora el aprendizaje, facilita las negociaciones, reduce el estrés y potencia la cohesión de los equipos. Viendo la lista de beneficios, ¿quién no querría empezar a implementarlo en el día a día de la compañía?
La clave está en encontrar el tipo de humor con el que cada uno se siente más cómodo y aprender a contar historias con las que hacer reír al equipo. Eso no significa que debamos convertirnos en el rey o la reina de la comedia, gastar bromas en cada una de nuestras interacciones o hacer de cada speech un monólogo. El autor deja claro que, para ser eficientes, es necesario deshacernos del humor estridente y sobreactuado, empezar a aprender técnicas para integrarlo en el estilo de liderazgo y comprender los usos estratégicos del humor en los negocios. Porque, como dicen en Stanford, “el humor es un negocio muy serio”.
No todos los tipos de humor valen en el trabajo
Venimos de una cultura empresarial en la cual se nos ha vendido la figura del ejecutivo agresivo serio y despiadado que, para triunfar, no tenía tiempo para el humor en su vida personal ni profesional. Afortunadamente, ese modelo está en decadencia y cada vez es más evidente que un clima laboral integrador y acogedor es clave para conseguir buenos resultados en la compañía.
El autor afirma que, “la ausencia de humor en las personas con poder huele a dogma, a estrechez de miras y a falta de autocrítica”. Por eso, el humor en el trabajo debe tener un objetivo claro: ayudar a alcanzar impacto y conseguir los objetivos fijados.
Sin embargo, no todo el humor vale en el contexto laboral, Sergio de la Calle recomienda alejarse del “humor tonto”, es decir el que se limita a replicar fórmulas que tuvieron éxito en su día, el que imita a alguna persona famosa o el humor reiterativo que se repite con frases hechas en cada comentario. Es decir, intenta no convertirte en el “gracioso oficial” del trabajo (algo que, por cierto, estuvo a punto de pasarle al propio autor en su época de junior), sino usar esta herramienta “con foco, selectiva y dosificadamente”, tal y como indica el experto de Recursos Humanos (RRHH).
En ocasiones, “es lícito usar chistes prefabricados si el contexto lo facilita” pero, por lo general, el humor que deberemos entrenar es el del tipo que “hace reír durante cinco segundos y pensar diez minutos”. Para el autor, humor e inteligencia forman parte de una misma ecuación y aporta interesantes datos de estudios que relacionan ambas cualidades.
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Beneficios del humor en el trabajo
Es obvio que el humor en el ambiente laboral puede ayudar a distender y relajar el ambiente y ayudar a que los trabajadores y trabajadoras se sientan más cómodos en sus puestos. Y, aunque este sería un gran logro por sí solo, hay otros muchos más beneficios de incorporar esta herramienta en el trabajo. Estos son algunos de los más destacados, según el autor:
- Mejora el impacto en la comunicación y el aprendizaje. “El sentido del humor puede aumentar las interacciones y captar la atención de la audiencia”.
- Facilita la negociación y la gestión de conflicto. Especialmente en situaciones tensas puede ayudar a restar dramatismo.
- Aumentar la relación entre los integrantes del equipo de trabajo.
- Reduce el estrés. Ya que reír libera endorfinas.
- Aumenta la resilencia.
- Fomenta la creatividad. Según el autor, “si te ríes mientras resuelves un problema aumenta el pensamiento creativo”.
- Facilita la honestidad y la autenticidad. En otras palabras, el humor ayuda a ser más naturales y cercanos con el resto del equipo.
Estos beneficios no son exclusivos de pequeñas compañías o negocios familiares, el experto en RRHH explica que las grandes corporaciones también pueden verse beneficiadas si los directivos comienzan a utilizar el humor como una herramienta más para enfrentarse a los retos que se plantea la compañía y reforzar la lealtad del equipo.
En este sentido, Sergio de la Calle aporta un estudio realizado por multinacional de investigación de mercados Ipsos donde se demuestra una correlación estadística entre el sentido del humor y la voluntad de sus colaboradores y colaboradoras de permanecer en la empresa.
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Sentido del humor: una habilidad que podemos entrenar
Muchos pueden argumentar que ser gracioso es un don natural y que con sentido del humor se nace o no se nace. Sin embargo, el autor está convencido de lo contrario, y habla desde la experiencia: él no era un niño gracioso, pero aprendió a serlo en la edad adulta gracias a un colega que le enseñó la importancia de hacer sonreír a las personas. Eso le ha llevado a confirmar que “aunque no seas ingenioso, puedes desarrollar el ingenio”.
El primer paso para conseguirlo, es saber cuál es nuestro tipo de humor: proactivo o reactivo (es decir, si sueles iniciar situaciones de humor o prefieres mantenerte como espectador). En cualquier caso, deberás “analizar cómo puedes potenciar su uso en relación a los compañeros de trabajo en función del objetivo que te propongas”, aclara el experto en RRHH.
Por supuesto que no todas las situaciones requieren el mismo tipo de humor. Conocer las tipologías que existen puede ayudarnos a decidir cuál usar en cada contexto, según lo expuesta por el autor, podríamos encontrar cuatro:
- De tipo afiliativo. Tiene como objetivo facilitar las relaciones entre las personas. También llamada de tipo cohesivo.
- De tipo estimulante. La que tiende a usar el humor como estrategia para afrontar los problemas.
- De tipo autodescalificativo. Utilizada para acercarse a los demás mientras uno se ríe de sí mismo, puede ser una herramienta muy útil para el líder, pero el experto aconseja no excederse con ella.
- De tipo agresivo. El objetivo es reírse de los demás y ridiculizarlos. Suele emplearse junto al sarcasmo y, por razones obvias, es un tipo de humor que puede afectar negativamente a las relaciones personales y profesionales.
En todo caso, el experto recomienda que el humor se adapte según la ocasión y los objetivos e incide en la importancia de mantener un mismo estilo con el que nos sintamos identificados y que nos caracterice.
Consejos para empezar a implementar el humor en el trabajo
Si, pese a todo lo anterior, te parece poco menos que imposible utilizar el humor en el contexto laboral para facilitar la gestión de equipos, Sergio de la Calle da unos consejos que pueden ser muy útiles para ponerse en marcha.
- Si no sabes por dónde empezar, hazlo con una sonrisa. La sonrisa es una poderosa arma con la que transmitir emociones y, además, es contagiosa. En palabras del autor, “la sonrisa como pegamento social traspasa todas las fronteras y es universal”.
- Buscar un patrón de lo que es o no es gracioso es inútil, pero (según varios estudios que se citan en el libro) las personas con sentido del humor suelen tener en común su tendencia a compartir su visión del mundo y sus experiencias, también las negativas. Quizá sea hora de que comiences a abrirte un poco más con tu equipo.
- En presentaciones masivas el autor recomienda minimizar el humor por los posibles malentendidos. Es importante tener en cuenta los matices culturales.
- “Hacer chistes sobre un programa de recortes que se está ejecutando y que supone el despido de compañeros es totalmente inapropiado”, explica el autor, por lo que “antes de reírte de algo, ríete de ti mismo”.
- Presta atención a lo que cuentas y a cómo lo cuentas, a veces las pausas pueden marcar la diferencia entre una historia divertida y otra que no lo es tanto. También es importante el lenguaje corporal, no lo descuides.
- Si te has lanzado a contar una anécdota divertida, hazla tuya. El experto da carta blanca para exagerar y distorsionar si fuera necesario.
- Ojo, según el experto, “reírse de personas que no están presentes queda descartado en el ambiente profesional”.
- Y, por último, se aconseja que no te rías de tus bromas ya que, “reírse después de contar un chiste no ayudará al público a pensar que eres gracioso”.
Como ves, el humor puede tener muchos beneficios, tanto personales como organizativos. Si te decides a empezar a introducirlo en la compañía podrás generar un ambiente en el que los trabajadores y trabajadoras sean productivos y disfruten de su trabajo. Al fin y al cabo, a todo el mundo le gusta reírse.