Filosofía milenaria y nueva moda, el estoicismo es hoy una tendencia que se introduce poco a poco en cada vez más esferas de la vida cotidiana de las personas. Por supuesto, ahora vemos que también puede aplicarse en el trabajo y, de hecho, se está transformando en la recomendación de muchos expertos en gestión de talento y Recursos Humanos.
Pero, ¿qué es el estoicismo? ¿Cuáles son sus características? y ¿cómo se aplica en el trabajo? Descubre todo eso y mucho más en este artículo.
Tabla de contenidos
¿Qué es el estoicismo?
¿Cómo vivir una vida feliz en un mundo incierto y en constante transformación? ¿Cómo hacer lo mejor que está a nuestro alcance aceptando todo aquello que está fuera de nuestro control? Responder estas preguntas es lo que dio origen a la filosofía creada hace más de 2.000 años y que hoy todos conocemos como estoicismo.
En pocas palabras, el estoicismo es un pensamiento filosófico y práctico diseñado para que las personas vivan la mejor vida posible. Su objetivo es maximizar las emociones positivas, reducir las negativas y ayudar a los individuos a perfeccionar las virtudes de su carácter.
El estoicismo enseña que el objetivo de la vida es vivir de acuerdo con la propia naturaleza o la virtud. Esto significa desarrollarse y alcanzar el máximo potencial como personas, cultivando la razón, la fortaleza del carácter y la sabiduría práctica.
En cualquier momento, en cualquier circunstancia y en cualquier etapa de la vida, el estoicismo brinda un marco para vivir bien. Para ello, le recuerda a las personas lo que es verdaderamente importante: la intención con la que se hacen las cosas, no el resultado.
Si se actúa de acuerdo a la naturaleza propia y a la virtud, la intención será la adecuada y la acción la correcta. De ahí que el pensamiento estoico abogue por la gestión de las emociones y el autocontrol.
Como dijo Epicteto, uno de los máximos exponentes de esta filosofía: “La tarea principal en la vida es simplemente esta: identificar y separar los asuntos para que puedan decirme claramente cuáles son externos, que no están bajo mi control y cuáles tienen que ver con las elecciones que realmente controlo. ¿Dónde, pues, busco el bien y el mal? No a lo externo incontrolable, sino dentro de mí mismo a las elecciones que son mías”…
Orígenes del estoicismo
Esta escuela filosófica fue fundada por Zenón de Citio en Atenas, a principios del siglo III a. C. Por aquel entonces, Atenas era el centro cultural del mundo griego y Zenon había llegado allí sobreviviendo a un naufragio, pero habiendo perdido todo en el camino.
En la capital de Grecia, el filósofo se dedicó a ofrecer sus lecciones en público, ya que, como extranjero no podía participar en la política de la ciudad. Sin embargo, quien convirtió al estoicismo en una doctrina relevante fue Crisipo de Solos, al dirigir la Stoa, la escuela estoica, ubicada en el pórtico pintado de Atenas.
Durante este período, el estoicismo proporcionó respuestas convincentes a la ansiedad, el estrés y el temor de la época. Frente a la pregunta “¿Qué quiero de la vida?” Los estoicos respondieron que se debe buscar la felicidad duradera y la tranquilidad mental, las cuales provienen de ser una persona virtuosa.
Luego, en el Imperio Romano filósofos como Séneca, Epicteto y el emperador Marco Aurelio retomaron este pensamiento y se convirtieron en firmes difusores de esta filosofía.
¿Cuáles son las características del estoicismo?
Coraje, templanza, justicia y sabiduría son lo que se denomina en el pensamiento estoico las 4 virtudes cardinales. Básicamente, los principios y valores esenciales con los que los estoicos dirigen su vida para vivir conforme a su naturaleza y virtud. Por ello, son también las principales características del estoicismo. Veamos de qué trata cada una de ellas.
Coraje
Séneca dijo: “Eres desafortunado porque no has sufrido adversidades. Has pasado tu vida sin un oponente, y nadie sabrá de lo que eres capaz, ni siquiera tú”. El coraje es precisamente una de las virtudes principales del estoicismo porque le permite a las personas afrontar y superar la adversidad.
El coraje también está estrechamente relacionado con la fortaleza. En tanto, ayuda a soportar el dolor y la incomodidad y hace que los individuos desarrollen una mayor resistencia. Esto significa soportar las dificultades sin caer en la desesperanza o la desesperación.
Para el estoicismo, las situaciones difíciles son inevitables. En muchos casos, se puede sentir miedo o incertidumbre, pero el coraje es lo que permite, incluso en esas circunstancias, actuar de manera correcta, alineados a los valores y la moral.
En resumen, el pensamiento estoico propone pensar las adversidades no como inconvenientes, sino como oportunidades para conocerse mejor y salir fortalecidos de esas situaciones.
Bajo estos términos, el estoicismo en el trabajo implica fomentar en el equipo la resiliencia. Para ello, tanto las políticas de gestión humana, como la cultura organizacional deben estar orientadas a las emociones:
- En primera instancia, se debe escuchar al personal, para entender lo que siente ante las situaciones de crisis.
- Luego, es importante validar esas emociones.
- Finalmente, proponer soluciones para poder afrontar la situación y volver a tomar el control sobre lo que sucede.
Por supuesto, es clave que como líder seas el primero en mostrar esta capacidad de afrontar las dificultades y adaptación al cambio. Recuerda que ese coraje del que hablan los estoicos también puede ser una gran inspiración para tu equipo.
Templanza
Otra de las características del estoicismo es la templanza, esta se refiere principalmente a la autodisciplina o autocontrol. Se trata de la capacidad para moderar el comportamiento a pesar de los deseos e impulsos.
Los estoicos afirman que quienes carecen de autodisciplina no pueden controlar sus impulsos y priorizan más el deseo sobre la virtud, lo que los aleja de una vida plena y satisfactoria.
A su vez, el pensamiento estoico sostiene que cuando los individuos son capaces de moderar su comportamiento pueden concentrarse en lo que consideran importante en la vida. Así, pueden, por ejemplo, dejar de procrastinar y construir ese proyecto que tanto anhelan, ser más productivos en el trabajo, dejar el teléfono y compartir más tiempo de calidad con la familia, tener vínculos más constructivos y terminar con los malos hábitos.
Sin duda, promover esta virtud entre tus colaboradores puede generar grandes mejoras en la empresa. Como ya dijimos, la autodisciplina y autocontrol ayudan a que las personas se enfoquen en lo importante. En el caso del trabajo, tus empleados podrán enfocarse plenamente en sus objetivos y tareas, ejecutar mejor sus labores y ser más eficientes.
Justicia
Fue el propio Marco Aurelio quien dijo que “la justicia es la fuente de todas las demás virtudes”. Para los estoicos, esta es una virtud fundamental. Se trata de una cualidad esencial porque ayuda a los seres humanos a tratarse con respeto y compasión. Pero también, brinda la humildad suficiente para entender y recordar que somos parte de un todo más grande, en el que cada miembro debe hacer su parte.
La justicia es una cualidad que motiva a las personas a comportarse de manera correcta, haciendo lo mejor para sí mismas y para los demás, incluso aunque se presenten dificultades u obstáculos para ello. Esta virtud, además, nos motiva a hacernos responsables de la forma en que actuamos y de nuestras acciones, entendiendo que estas siempre tienen consecuencias.
Indudablemente, esta es una de las formas en las que el estoicismo en el trabajo puede brillar en todo su esplendor. Al promover esta virtud dentro de las empresas se puede mejorar el clima laboral, en tanto, promueve la erradicación del acoso laboral y la discriminación, el trato justo y mejores vínculos entre las personas del equipo.
Asimismo, dado que permite transmitir la idea de que todos los integrantes de la empresa tienen un rol clave en los resultados alcanzados, ayuda a fomentar el sentido de pertenencia y la colaboración.
Sabiduría
Dejamos para el último lugar la que es considerada como la virtud más importante en el estoicismo, es decir, la sabiduría. Esta es la capacidad para entender el mundo y el lugar que cada uno de nosotros ocupa dentro de él, para poder usar esa comprensión, hacer juicios acertados y tomar mejores decisiones.
Para los estoicos esta es la capacidad de discernir entre lo bueno y lo malo. Una habilidad del ser humano para juzgar qué es lo que debe y no debe hacer, como un paso fundamental hacia una vida más plena y feliz.
Zenón de Citio dijo que nos dieron dos oídos y una boca por una razón: para escuchar más de lo que hablamos. Además, tenemos dos ojos, por lo que también podemos leer y observar más de lo que hablamos. La escucha, la lectura y la observación son mecanismos fundamentales para acceder a la información, seguir aprendiendo y conquistando saberes.
Esta es otra forma en la que se pueden ver los beneficios de aplicar el estoicismo en el trabajo. Ya que es posible fomentar la sabiduría como virtud en los colaboradores mediante:
- La formación continua.
- Una adecuada comunicación interna.
- El acceso a la información necesaria.
- La transparencia.
Todo ello ayudará a que el talento pueda ser capaz de tener un mayor conocimiento sobre lo que pasa en la empresa y, con base en eso, proponer mejoras, nuevas soluciones e incluso contribuir en la toma de decisiones.
¿Cómo aplicar el estoicismo en el trabajo?
Si bien en el apartado anterior vimos en qué medida el estoicismo en el trabajo puede beneficiar a empleados y empresas e incluso hablamos de algunas formas de implementarlo, queremos profundizar un poco más al respecto. Para ello, te daremos algunas recomendaciones sobre cómo implementar el pensamiento estoico en tu compañía.
Identifica todo lo que podría salir mal
Los pedidos podrían retrasarse, los clientes irse con la competencia, los empleados renunciar, la empresa quebrar… Pues sí, todo eso podría suceder, pero los estoicos proponen hacer de esto una fortaleza. A ello le llaman premeditatio malorum, “la premeditación de los males”.
Básicamente, es un ejercicio que consiste en imaginar todas las cosas que podrían salir mal dentro de la empresa. Puedes aplicarlo en cualquier proceso o equipo. Lo importante son los efectos de esta práctica, en tanto, puede ayudarte a prepararte para los contratiempos inevitables que ocurran en la compañía.
Ocurre que no siempre obtendrás los resultados esperados y, muchas veces, incluso, puede que suceda lo contrario a lo que deseas. Por eso, este ejercicio es una de las herramientas más potentes para desarrollar la resiliencia y la capacidad de adaptación.
Si logras identificar todo aquello que puede salir mal, también puedes hacer ajustes para disminuir los riesgos e incluso elaborar un plan de acción para cuando los desastres ocurran.
Enfócate en lo que puedes controlar
La lista de riesgos a los que está expuesta tu compañía es vital para poder identificar también qué es lo está bajo tu control. Como empleador puedes capacitar a tu equipo, establecer pautas y políticas de seguridad a seguir para ejecutar sus labores y, aún así, puede que uno de ellos decida no tomar todos los recaudos necesarios y provoque un accidente laboral.
No tienes control absoluto sobre lo que hacen las personas que trabajan para ti, por ello, debes enfocarte en aquello en lo que tienes influencia. Como postulan los estoicos, haz lo mejor dentro de tus posibilidades.
Como empleador tienes una serie de obligaciones contraídas con los empleados bajo contrato laboral, otras exigidas por la ley y una serie de funciones que son enteramente tu responsabilidad. Identificarlas con claridad es clave para que puedas centrarte en ellas y no desperdiciar la energía en lo que no puedes cambiar. Esto te dará una clara ventaja, ya que podrás darte cuenta rápidamente cuándo estás librando una batalla imposible de ganar.
Práctica y fomenta la atención plena
Otra de las formas de aplicar el estoicismo en el trabajo consiste en trabajar la atención y el enfoque. Estos son dos recursos fundamentales en la era digital, donde las interrupciones y las distracciones nos rodean.
Para poder hacer un trabajo efectivo en la conducción de un equipo es necesario saber cómo administrar mejor la energía, el tiempo y la atención. Básicamente, todo se trata del enfoque y para ello, no hay nada mejor que concentrarse en una tarea a la vez.
Desde hace algún tiempo se habla de los efectos negativos de promover la multitarea en los espacios de trabajo. De ahí que el enfoque en una tarea a la vez también deba fomentarse en los empleados. Si todos en la empresa pueden dedicarse a avanzar en sus actividades con la adecuada atención que cada tarea necesita, se pueden reducir los errores, mejorar la efectividad y, con ello, aumentar la productividad.
Promueve la mejora continua
En la vida laboral es muy fácil estancarse. No es porque no se desee avanzar o ascender, es solo una reacción natural frente a la comodidad. Asumir nuevos desafíos implica hacer más esfuerzo y gastar más energía y, seamos honestos, puede ser agotador e incómodo. Por ello, es común que los empleados se estanquen sin el liderazgo adecuado.
Para avanzar, es clave trabajar de manera proactiva en la mejora continua de los trabajadores, ayudándolos a salir de su zona de confort. En este sentido, puedes proponer recorridos formativos a lo largo de toda su carrera en la empresa, así como movilidad entre puestos de trabajo para que puedan cambiar de funciones y responsabilidades cada cierto tiempo.
Es fundamental impulsar al equipo a asumir nuevos retos para mejorar de manera continua y favorecer su crecimiento dentro la organización.
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Fomenta un entorno laboral armónico
Vivir de acuerdo con la naturaleza es el gran postulado del estoicismo, pero ¿qué quiere decir esto aplicado en el trabajo? Como descubrimos algunos párrafos atrás, el pensamiento estoico sostiene que debemos esforzarnos por vivir de acuerdo con la naturaleza, lo que significa vivir en armonía tanto con el mundo que nos rodea, como con nuestra propia condición humana.
Esto implica tener una visión más amplia de quienes somos y reconocer nuestro lugar dentro de cada comunidad o grupo al que pertenecemos. Como es el caso de una empresa y su equipo de trabajo.
De acuerdo con esto, es muy importante que puedas fomentar un entorno laboral armónico, libre de conflictos o con la menor cantidad posible. Centros de trabajo donde el diálogo, la comunicación abierta y la escucha activa sean moneda corriente y donde el trabajo colaborativo se transforme en la mejor manera de ejecutar las actividades y los procesos.
¿Cómo puede ayudarte la tecnología a aplicar el estoicismo en el trabajo?
Si has llegado hasta aquí puede que todo esto del estoicismo te parezca una gran idea, pero que la coloques en un lugar idílico, casi inalcanzable. Sin embargo, lo más interesante de esta corriente es que se trata de una filosofía práctica, es decir, aplicable en cualquier entorno, circunstancia y etapa por la que atraviese tu empresa.
Claro que quizás te preguntes ¿en qué momento aplicar todo esto? ¿Cómo sacar el tiempo necesario para implementarlo en tu equipo? Es ahí cuando la tecnología se convierte en tu máxima aliada y el software de Recursos Humanos es el mejor ejemplo.
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