Aunque en ocasiones existe la posibilidad de reinventarse y salir adelante sin necesidad de hacerlo, en otras no nos queda más remedio que pensar en cambiar de trabajo.
En los últimos años, millones de trabajadores han dejado sus trabajos, especialmente en Estados Unidos. Este movimiento ha sido tan grande que hasta tiene su propio nombre: The Great Resignation (la gran dimisión) y podría tener consecuencias mucho más profundas de lo que podría parecer.
Se calcula que solo en 2022 más de 50 millones de personas dejaron sus trabajos en Estados Unidos y otros 47 en 2021. No los dejaron porque tuvieran otra oferta laboral (aunque evidentemente muchos volvieron a ingresar en el mercado de trabajo), sino porque sentían que lo tenían que dejar, necesitaban otra forma de ganarse la vida, un nuevo estilo de vida para, finalmente, darle un sentido a su existencia.
Es posible que te sientas un poco identificado al leer esto. Quizá en estos mismos momentos te sientes atascado y crees que necesitas un cambio a nivel laboral. Por mucho que nos haya apasionado nuestro trabajo en el pasado, en ocasiones cualquiera puede sentir que ha llegado el momento de cambiar, de buscar nuevos retos en otro lugar. Sí, la cosa se parece bastante a las relaciones.
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No es una decisión fácil
Dejar nuestro trabajo es una decisión que no puede tomarse a la ligera y que, si nos equivocamos, puede traernos en el futuro muchos quebraderos de cabeza. En primer lugar, el trabajo es nuestra fuente de ingresos y dejarlo puede significar un problema financiero significativo. Además, dependiendo del clima económico del momento, puede ser difícil encontrar un nuevo trabajo que cumpla con nuestras expectativas y habilidades.
El trabajo también es una parte importante de nuestra identidad y dejarlo puede tener un impacto en nuestra autoestima y bienestar emocional. Dejar un trabajo puede significar que nuestra vida pierda sentido y conexión con los compañeros y compañeras y el entorno laboral.
También hay que tener en cuenta temas prácticos, beneficios como el seguro de salud y los planes de jubilación, que pueden estar vinculados al trabajo actual y que pueden ser difíciles de reemplazar en un nuevo empleo. Es importante evaluar los pros y los contras y considerar cómo afectará nuestra vida a largo plazo.
6 razones que deberían hacerte cambiar de trabajo
Para ayudarte en esta compleja tarea, hemos decidido recopilar 6 razones que deberías tener en cuenta si te estás planteando cambiar de trabajo.
1.Ya no está impulsando tu crecimiento personal ni laboral
Cuando una actividad deja de impactar positivamente en nuestro crecimiento personal, quizá es hora de buscar un cambio. Los atletas de élite saben esto muy bien y suelen diversificar su entrenamiento o cambiar sus rutinas para seguir progresando. Del mismo modo, cuando nuestro trabajo ya no nos ayuda a crecer, es necesario reinventarnos o implementar algún otro cambio.
De todos modos, antes de tomar una decisión drástica, es recomendable buscar formas de mejorar la situación actual. A veces, pequeñas modificaciones en el trabajo o en el entorno laboral pueden revitalizar nuestra carrera y proporcionarnos nuevos alicientes.
Sin embargo, si se han agotado todas las posibilidades de crecimiento en la profesión actual, es posible que sea el momento de avanzar y buscar nuevas oportunidades. Es importante estar atento a las señales de estancamiento personal y tener la valentía de buscar cambios significativos cuando sea necesario.
2. Has logrado todos tus objetivos
En ocasiones lo que ocurre es que lo hemos conseguido todo en nuestro puesto y ya no tenemos alicientes para seguir adelante. Seguramente resulta difícil abandonar una actividad que nos ha proporcionado muchas victorias personales en el pasado, pero también es importante no quedarse atascado en el pasado y buscar nuevos horizontes. Es un poco lo que les pasa a los deportistas de élite.
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3. Buscas activamente formas de no trabajar
Es habitual que cuando ya estamos agotados de algo, busquemos mil formas de evitarlo, nos pasa en todas las actividades de la vida y, obviamente, también en el trabajo.
Cuando nos pasa esto, habitualmente lo único que podemos hacer es parar. Según algunos expertos, dejar de hacer algo durante un tiempo y dedicarnos a cosas totalmente diferentes, puede reactivar nuestras ganas de retomarlo. Aunque también es posible que nunca regresen. En cualquier caso, nuestra profesión nunca debería hacernos buscar excusas para no realizarla.
4. Vas a trabajar agotado o te sientes quemado o ansioso
La vida es corta. Así que, ¿por qué desperdiciarla trabajando en un lugar que nos produce este tipo de sentimientos? Aunque a todos nos cuesta ir a trabajar a veces, especialmente los lunes, si el agobio ya comienza a suponer un problema real en nuestra vida, quizá deberíamos plantearnos un cambio.
Antes de hacerlo quizá podrías probar alguna de estas cosas. En primer lugar, puedes practicar la atención plena, dedicando unos minutos a meditar o a enfocarte en tu respiración antes de salir de casa. También puedes hacer ejercicio antes de ir al trabajo, ya que el ejercicio ayuda a reducir el estrés y aumentar los niveles de energía.
Otra estrategia es organizar tu día, dedicando unos minutos por la mañana a planificar tus tareas y a priorizarlas. Esto puede ayudarte a sentirte más en control y a sentirte menos abrumado. Además, es importante tomarse algunos descansos durante el día para recargar energía.
Finalmente, si estás sintiendo mucha ansiedad o estrés, habla con un amigo, familiar o compañero de trabajo en quien confíes. A veces, hablar con alguien puede ayudarte a sentirte mejor y obtener una perspectiva diferente. Si estas estrategias no son suficientes, considera hablar con un profesional de salud mental para obtener apoyo adicional. Recuerda que tu salud mental es importante y no debes sentirte avergonzado por buscar ayuda si lo necesitas.
5. Tu trabajo está provocando que desarrolles malos hábitos
En ocasiones, el ambiente laboral de la empresa en la que trabajamos no es el más adecuado, incluso puede resultar tóxico. En ese caso, estas condiciones pueden afectar a nuestro comportamiento incluso fuera del horario laboral: podemos desarrollar una tendencia a mentir, a realizar acciones poco éticas o inapropiadas, etc.
Si nos damos cuenta de que nos está pasando esto, quizá deberíamos tomar la decisión de replantearnos nuestra continuidad en ese trabajo.
6. El ambiente laboral no es sano
Aunque no es habitual, existen lugares de trabajo en los que los gritos o los insultos están a la orden del día. En el caso de que te veas en una situación así, esto podría afectar a tu salud física o emocional, así que si te ves en una situación así, posiblemente ha llegado la hora de abandonar ese trabajo.
Por supuesto que hay otros indicadores para saber cuándo es el momento de dejar un trabajo, pero estos son en nuestra opinión los más importantes. Prácticamente ninguno de ellos es imposible de reconducir, pero tampoco es necesario empeñarse demasiado en seguir contra viento y marea en una ocupación que no nos hace felices. Dejar ir lo viejo es importante para mantenernos frescos y un cambio de trabajo puede ser una oportunidad para reinventarnos.