Según un estudio realizado en Australia, en torno a un 59% de los managers de las empresas sufren de burnout o, dicho más sencillamente, están quemados con su trabajo. El síndrome del burnout o “síndrome del trabajador quemado” es una forma de llamar al estrés laboral crónico que se manifiesta a través de un agotamiento físico y mental muy profundo y que se mantiene a lo largo del tiempo. Los efectos de este problema son diversos, pero fundamentalmente se concretan en cuatro categorías.
- Trastornos físicos
Alteraciones gastrointestinales, cefaleas y migrañas, problemas cardiovasculares o dificultades para conciliar el sueño.
- Trastornos de conducta
En forma de conducta impulsiva, trastornos alimentarios o agresividad.
- Trastornos emocionales
Baja autoestima, depresión, ansiedad o déficit en atención y concentración.
- Síntomas conductuales defensivos
Negación de la realidad o las emociones, ironía, cinismo, frialdad afectiva o deshumanización.
El burnout tiene toda una serie de efectos negativos para la empresa. Entre los más significativos está incluso el abandono de la organización por parte de la persona afectada y la necesidad posterior de tener que buscar su reemplazo. Cuando además son posiciones imprescindibles y de alto rango esto conlleva un esfuerzo extra.
Además, el problema es todavía mayor si la persona decide no marcharse de la compañía. La insatisfacción laboral y la pérdida de la motivación influirán muy negativamente en su trabajo. Un impacto negativo que se multiplica cuando hablamos de managers. Ellos son los responsables de controlar que las actividades de la empresa se realicen de forma correcta y que se cumplan los objetivos marcados, por lo que si sus niveles de burnout se disparan, es posible que dejen de preocuparse por sus tareas y la buena continuidad de las actividades empresariales pueda verse seriamente comprometida.
Adicionalmente, según el estudio al que hacíamos referencia al principio, muchos de estos líderes, al no encontrarse bien en su trabajo, suelen descuidar también el bienestar de sus equipos, por lo que el burnout suele tender a extenderse hacia la parte inferior del organigrama multiplicando sus efectos nocivos.
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Cómo evitar el burnout de los managers dentro de la empresa
Las autoras del estudio, realizado por la consultora ´The Leaders Lab´ en colaboración con la Universidad de Melbourne, proponen en el análisis diversas soluciones que las diferentes organizaciones pueden poner en práctica y que, a través de sus políticas, procedimientos, lenguaje y normas culturales pueden ayudar a prevenir este problema.
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Fomentar la solidaridad entre los equipos
En ocasiones, resulta difícil que en un entorno de trabajo se puedan afrontar de una forma efectiva y rápida los problemas complejos que existen. Esa situación provoca mucho desgaste en todos los componentes de los equipos, pero especialmente de los managers.
Sin embargo, proporcionando las condiciones adecuadas para que todas las personas de la organización tengan curiosidad por el punto de vista de sus compañeros y sean generosos con ellos, en lugar de ser desconfiados y tender a realizar juicios de valor precipitados, el lugar de trabajo se convertirá en un espacio seguro para aprender de los demás y trabajar por el bien común de la compañía.
En muchas empresas se dedica una increíble cantidad de energía a la confrontación entre personas o departamentos, lo que puede llegar a hipotecar el futuro de las mismas.
Contra el burnout: animar a pedir ayuda
Crear una cultura empresarial en la que pedir ayuda y prestarla sea la norma posibilitará un ambiente de trabajo inmejorable en el que se abrirán muchas oportunidades para colaboración y aumentará la confianza en los equipos y en las personas.
Este tipo de políticas contribuyen decisivamente a mejorar las fortalezas individuales y colectivas de todos los colaboradores y reducir el desperdicio de tiempo y esfuerzo, lo que redundará en unos menores niveles de estrés y, en consecuencia de burnout.
Fomentar la responsabilidad colectiva
Permitir la incompetencia entre los miembros de la organización, conformarse con un cumplimiento a medias de los objetivos o evitar la confrontación cuando se aprecia que un miembro de la organización no está cumpliendo con las normas y los valores de la empresa, es un grave error.
Si dentro de una organización se dejan claros los compromisos y las responsabilidades de todos, y los equipos se comprometen a rendir cuentas de todos ellos ante los demás, todas las personas dentro de la empresa se sentirán más empoderados, se fomentará el aprendizaje y se obtendrán, en general, mejores resultados.
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Promover la sabiduría emocional
La sabiduría emocional consiste en ver las emociones, tanto positivas como negativas, como “información” que puede ser procesada e interpretada.
Aplicada en el ámbito laboral, la sabiduría emocional consistiría que asumir que todos los miembros de la organización tienen sus emociones porque, al fin y al cabo, son consustanciales al ser humano. Y que estas deben ser tenidas en cuenta si se quiere evitar que la acumulación emocional, especialmente si es negativa, acabe estallando en el futuro.
Por lo tanto, para evitar estos problemas, en lugar de pensar en las emociones como algo sentimental, no perteneciente al ámbito laboral o dignas de ignorar, es más inteligente analizarlas, tratarlas e intentar comprenderlas. De esta forma, se fortalecerá la resiliencia de los equipos y se asegurará el bien común dentro de la organización.
Según el estudio, integrando todos estos comportamientos dentro de los procesos normales de la empresa, en las políticas de buenas prácticas y en las políticas de comportamiento en el lugar de trabajo, los niveles de seguridad, bienestar y rendimiento de los managers y de sus equipos mejorará significativamente.
Los autores del estudio afirmaron a modo de conclusión que, por desgracia, todavía no hay muchas compañías que estén apostando por aprovechar los cambios en los estándares de salud y seguridad. Es decir, no lo están viendo como una oportunidad para desarrollar las fortalezas de sus managers e instaurar una cultura empresarial que tenga presente el cuidado de todos sus equipos.
La idea de que los managers tienen que preocuparse por cumplir los objetivos económicos de las compañías a cualquier coste sigue estando profundamente enraizada en la cultura de muchas empresas. Pero lo cierto es que, en lo relativo a mantener la seguridad en el lugar de trabajo, los datos muestran claramente que una cultura basada en cuidar a los equipos acaba dando mejores resultados.