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Trabajo en remoto: ¿una opción más respetuosa con el medio ambiente?

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En los últimos años, y especialmente tras la llegada de la pandemia de la covid-19, el número de personas que teletrabajan se ha disparado. Según datos del Ministerio de tecnologías de la información y las comunicaciones de Colombia, la cifra de colombianos que con un trabajo en remoto fue durante el año 2020 de 209.000 personas. 

Si comparamos esa cifra con la que había en 2018, 122.278, vemos que prácticamente se duplicó, alcanzando un 71% de incremento. Estos cambios, que principalmente se han dado en sectores como las tecnologías digitales y las actividades profesionales científicas, técnicas y financieras, han permitido a esos trabajadores aumentar su nivel de conciliación entre la vida personal y la laboral. Gracias a esto, muchos trabajadores y trabajadoras también han podido aprovechar más su tiempo, al eliminar los desplazamientos hacia su puesto de trabajo.

Pero, aparte de esas mejoras, actualmente muchos expertos internacionales se están preguntando si este cambio, más allá de esos beneficios personales, está teniendo un impacto positivo o negativo desde el punto de vista medioambiental. 

Según Eva Rimbau, profesora de los Estudios de Economía y Empresa y experta en recursos humanos y teletrabajo de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), la respuesta es compleja y depende de muchos factores. “En general, las personas que quieren trabajar a distancia destacan como punto más positivo que el teletrabajo les evita desplazamientos, facilita la gestión del tiempo de trabajo, hace posible la conciliación con la vida personal y permite aprovechar más el tiempo”. 

De qué depende el impacto medioambiental del trabajo en remoto

Para analizar correctamente el impacto que estos cambios de hábitos de los teletrabajadores tienen sobre el medioambiente, es interesante consultar, por ejemplo, un informe del organismo de la Unión Europea, Eurofound, publicado recientemente, que destaca que la evaluación de los beneficios medioambientales del teletrabajo es una tarea compleja, porque aumentar el teletrabajo supone una serie de cambios en las vidas y las actividades cotidianas de los individuos, y conlleva decisiones en el ámbito de la empresa que pueden influir de forma positiva o negativa en el nivel de emisiones de gases de efecto invernadero.

Entre los factores que destaca la profesora Rimbau como determinantes a la hora de saber si el teletrabajo contamina más o menos, podemos encontrar:

  • La frecuencia del teletrabajo (uno o dos días a la semana, o más habitualmente).
  • La distancia recorrida y la duración del viaje (muy corta, mediana o larga).
  • La intensidad de emisión del medio de transporte utilizado (por ejemplo, coche diésel o gasolina, vehículo eléctrico o transporte público).
  • La ocupación del coche durante los desplazamientos (si solo va el conductor o si es un coche compartido).

Según la profesora, según “cómo se combinen estos factores, se producirán impactos ambientales diferentes. Es evidente, por ejemplo, que quien trabaje en remoto más frecuentemente generará menos emisiones de gases de efecto invernadero que quien viaje solo en coche (de gasolina o diésel) y recorra una larga distancia”, afirma la experta.

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Los posibles efectos negativos del teletrabajo en el medioambiente

Los cambios de hábitos de los trabajadores y trabajadoras cuando teletrabajan también pueden influir negativamente en los niveles de contaminación y en el consumo de recursos. “El efecto negativo más evidente y que contrarresta, en parte, los beneficios de la reducción de los viajes, es el aumento del uso de energía en los hogares, dado que los teletrabajadores tienen más necesidad de calefacción, refrigeración, iluminación, internet, cocina, material de oficina, etc.”, afirma la profesora Rimbau.

“Además, la posibilidad de aprovechar el teletrabajo y evitar los viajes algunos días a la semana podría hacer que los trabajadores estuvieran más dispuestos a aceptar una mayor distancia los días que van a la oficina. Esto podría llegar a compensar el ahorro de emisiones que habrían conseguido los días de teletrabajo”, destaca.

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Menos trabajo en remoto tras la pandemia

Según la profesora Eva Rimbau, quizá el mayor problema para que el teletrabajo influya positivamente en el medioambiente es que, tras haberse controlado la pandemia, muchas empresas han ido reduciendo poco a poco el número de equipos con trabajo en remoto.

Eso mismo se aprecia, por ejemplo, en un informe citado en el portal El empleo, que analizó cómo se habían comportado 200 empresas colombianas con respeto al teletrabajo y el trabajo presencial. Los resultados del estudio mostraron que en sectores como el retail, la minería y la agricultura, se habían registrado crecimientos de un 100% en la parte del trabajo que se realiza presencialmente. Estos números tienen todo el sentido en este tipo de sectores, ya que es muy difícil realizar el trabajo de minería o agrícola de forma remota.

Estos datos concordarían perfectamente con los expuestos por la Andi (Asociación Nacional de Empresarios de Colombia), que afirmaban que durante el último año, el 96,8% de las empresas habían empezado a trabajar de forma presencial, mientras que solo un 36,8 % de las compañías mantuvieron parte del personal bajo la modalidad trabajo en casa.

“Es necesario destacar que a lo largo del tiempo el teletrabajo ha ido disminuyendo gradualmente, tanto en la modalidad habitual como en la modalidad ocasional”, afirma Rimbau. “Existen personas con empleos que no les permiten hacer trabajo en remoto, bien porque se trata de un trabajo de producción de bienes materiales, como la agricultura, la industria manufacturera o la construcción, o bien porque es un sector en el que prevalece la atención física al público, como la hostelería y el comercio”.

De todos modos, y según el mismo informe, muchas empresas han mantenido, pese a aumentar sus cifras de presencialidad, un modelo de trabajo híbrido, por el que los trabajadores y trabajadoras acuden a la oficina solo unos cuantos días a la semana. Hay algunos sectores como el de servicio al cliente que siguen manteniendo en Colombia un número nada despreciable de teletrabajadores, que alcanza el 10,5%.

Debido a esto, es posible que todavía siga habiendo más teletrabajadores que antes del inicio de la pandemia, pero el posible impacto, positivo o negativo, de su actividad, será menor del que podía esperarse cuando se produjo un cambio masivo hacia el trabajo en casa.

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¿Y qué hay del regreso a la vida rural?

Cuando llegó la pandemia también se produjo en muchos países del mundo un movimiento de personas que se trasladaban a vivir al campo, huyendo de las ciudades. Parecía que la covid-19 y el teletrabajo podían traer una nueva edad dorada para los pueblos, pero esto no ha resultado exactamente así. 

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Según algunos estudios que se realizaron, como por ejemplo el publicado en la revista Perspectives Demogràfiques, del Centro de Estudios Demográficos, titulado “Cambios de residencia en tiempos de COVID-19: un poco de oxígeno para el despoblamiento rural”, la mayor parte de las migraciones internas fueron entre ciudades, igual que antes de la pandemia, y todo apunta que se trató de un hecho coyuntural.

Periodista freelance de Barcelona especializado en economía, tecnología, lifestyle, cultura y relaciones. Fue Director editorial de Vice España y su trabajo ha aparecido en medios como El País, El Periódico de España, S Moda, Vice y Yorokobu, entre otros.

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