La toma de decisiones es una tarea que hacemos en repetidas ocasiones durante el día y en distintos ámbitos. Algunas de ellas se toman de manera sencilla, van surgiendo mientras avanza nuestro día y nos ayudan a alcanzar objetivos sencillos, como caminar hasta el trabajo o usar el transporte público, qué comer en el almuerzo, elegir la ropa para salir y el restaurante para ir a cenar.
Sin embargo, cuando se trata de decisiones con un mayor grado de complejidad, como la elección de una carrera universitaria, elegir el candidato ideal para el puesto de trabajo, con quién formar una pareja o por cuál partido político votar, es necesario realizar un análisis detallado de todas las opciones disponibles, anticipar las consecuencias futuras, identificar cuál es la más ventajosa y cuál genera menos pérdida.
En cualquiera de los casos, la toma de decisiones consiste en un proceso cognitivo, donde se hace uso del razonamiento, la comprensión y la capacidad de análisis.
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El proceso de toma de decisiones
Durante el proceso de la toma de decisiones, se activan un conjunto de actividades mentales llamadas funciones ejecutivas, las cuales permiten resolver situaciones que nos resultan novedosas, no se tiene un plan de acción o alguna estrategia previa para resolverlas.
En cuanto al ámbito laboral, la toma de decisiones tiene como objetivo encontrar la mejor solución ante una situación determinada que afecte la empresa, además de plantear o establecer las tareas que se deben llevar a cabo para cumplir con los objetivos establecidos.
Puede resultar un tanto tentador dejarse llevar por las emociones, la intuición, los miedos adquiridos o las experiencias pasadas, pero analizar toda la información de forma objetiva y racional es lo que recomienda la psicología cognitiva.
¿Qué es la psicología cognitiva?
El estudio de la psicología no se unifica en una sola teoría, existen diferentes corrientes psicológicas, con objetivos de estudio diferentes.
En los últimos años, la psicología cognitiva se ha convertido en una corriente dominante, la cual se dedica al estudio de los procesos mentales, como la extracción de inferencias, la planificación o la percepción. Estas funciones nos permiten resolver problemas, aprender conceptos, pensar, planificar y adquirir conocimientos.
La psicología cognitiva surgió en la primera mitad del siglo XX, durante esa época, las corrientes dominantes eran el psicoanálisis, iniciada por Sigmund Freud, y el conductismo.
Sin embargo, el progreso tecnológico en el ámbito de la informática, como la aparición de los primeros computadores, permitió que los expertos se preguntaran si la mente humana tenía la posibilidad de procesar información como lo hacían los computadores, con sus puertos de entrada y salida de datos, capaz de almacenar información en la memoria.
Para ese entonces, la psicología cognitiva se dio a conocer como un modelo informático de los procesos mentales, que daba respuesta al comportamiento humano, mientras que el conductismo se limitaba a extraer conclusiones de lo que podía observar de manera directa, dejando de lado los procesos mentales.
Hoy en día, la psicología cognitiva se centra en estudiar los elementos que intervienen en el proceso mental, cuyo objetivo es que las personas aprendan, piensen, recuerden o tomen decisiones sobre una información que reciben en específico, o por sí mismas. Estos elementos son:
- Memoria: La psicología cognitiva se encarga de comprender y definir el funcionamiento de la memoria, la forma de almacenar la información y qué ocurre luego para recuperar los datos almacenados. Es considerada como un proceso básico para el aprendizaje, además, permite crear un sentido de identidad.
- Atención: Este proceso se estudia para conocer la forma en la que se capta la información, cómo las personas seleccionan y se orientan a los estímulos relevantes, con el fin de asimilar esos datos, procesarlos y responder en consecuencia.
- Percepción: En este proceso, la psicología cognitiva estudia cómo los datos sensoriales dan lugar a experiencias perceptivas, ya que el ser humano es capaz de captar, procesar y dar respuesta a la información que recolectan sus sentidos.
- Pensamiento: En cuanto a su estudio, la principal interrogante es ¿Por qué ocurren los pensamientos y cómo es la forma en la que se procesan? Las funciones ejecutivas como la resolución de problemas, el razonamiento y la síntesis son fundamentales en este proceso.
- Aprendizaje: Se centra en una serie de elementos que se relacionan con la manera en que se adquieren las habilidades cognitivas o los conceptos, como resultado del estudio, la experiencia, la observación, el razonamiento y la instrucción.
- Lenguaje: La psicología cognitiva estudia los conceptos y los procesos que intervienen en el lenguaje para comprender cómo expresamos nuestros pensamientos y sentimientos a través de la palabra, puesto que es la herramienta que se utiliza para comunicar, organizar y transmitir la información.
En relación con los campos de aplicación de la psicología cognitiva se destaca el área educativa, ya que estudia y trata los problemas de aprendizaje, los procesos de enseñanza en el aula, tomando en cuenta los diferentes elementos, situaciones y lugares donde ocurre el aprendizaje. mientras que en el área clínica, implanta nuevas técnicas en los tratamientos e influye de forma positiva en la práctica.
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Aunque es poco conocido, la psicología cognitiva en el campo organizacional, comprende, estudia y da respuesta a las relaciones interpersonales y el clima laboral, basándose en los fundamentos que motivan y comprometen a un colaborador a creer en sí mismo, a desarrollar su creatividad y aprender por su propia iniciativa, lo que evita un ambiente laboral hostil, además de equipos de trabajo desmoralizados y desmotivados.
¿Cómo aplicar la psicología cognitiva de forma práctica en el trabajo?
Comprender y aprender cómo los colaboradores piensan y procesan la información ayuda a tener una visión más profunda de cómo funcionan sus procesos mentales pero, además, permite desarrollar nuevas formas que ayudan a batallar con dificultades presentes en el área laboral, como, por ejemplo, la toma de decisiones en un momento de crisis.
La percepción para adquirir información
Muchos de los errores que se cometen en el ámbito laboral es por la falta de comunicación, o entender el mensaje de una forma errada. Para evitar estos malentendidos entre los miembros del equipo de trabajo, la psicología cognitiva propone la descodificación del mensaje, es decir, mediante la percepción, le damos significado a los estímulos que recibimos y lo que ocurre en nuestro entorno.
Las funciones cognitivas permiten interpretar los hechos, la cual se puede ver influenciada por los aspectos psicológicos externos como los miedos, las obsesiones, la experiencia o valores propios.
El uso de la atención
Durante un proyecto en marcha, los colaboradores reciben constantemente información, por lo tanto, usar la atención para organizar la información que reciben se convierte en una herramienta imprescindible.
Al momento de realizar una tarea que requiere gran concentración, la atención selectiva permite que el colaborador se centre en un solo estímulo para alcanzar su objetivo. Pero si el empleado debe ocuparse en un trabajo por largos periodos de tiempo, se conoce como atención de mantenimiento, mientras que la atención de distribución permite atender distintas cosas a la vez de una forma efectiva.
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Comprender y analizar la información
Al momento de tomar decisiones en el trabajo o alcanzar objetivos planteados, es necesario analizar, criticar y reflexionar sobre la información que tenemos y que va llegando para resolver la situación problemática.
En dicha situación, la psicología cognitiva propone hacer uso de procesos mentales como la memoria y el lenguaje, las cuales se pueden fortalecer mediante el uso de la metacognición, es decir, el aprendizaje del aprendizaje.
Esta capacidad consiste en poner el foco de atención en cómo percibimos y recibimos la información para condicionar los recuerdos y las habilidades que permiten comprender el entorno.
Aplicaciones de la psicología cognitiva en Recursos Humanos
Potencia los talentos
En la actualidad, la mayoría de las empresas no desarrollan al máximo el potencial de sus colaboradores, lo que puede resultar en pérdidas y alejar la posibilidad de recuperar al máximo el retorno de su inversión en formación y cualificación.
Entrenar y potenciar las habilidades cognitivas como la atención, la memoria, el lenguaje, la percepción y la organización de la información, permitirá a los colaboradores aumentar la capacidad de concentración, centrarse en una sola tarea o varias de una forma productiva, además de aprender y resolver problemas.
Apertura al cambio
Las organizaciones que se cierran a los cambios, con estructuras cerradas y jerárquicas, que solo se enfocan en la satisfacción de los objetos operacionales, pierden la oportunidad de convertirse en organizaciones singulares y competitivas.
Por el contrario, una empresa que rompe estos paradigmas y entrena a sus directores y líderes como verdaderos tutores, asumiendo el papel de mentor, tendrán la posibilidad de gestionar el conocimiento y la innovación a sus equipos de trabajo.
Desarrollo de competencias
Los fundamentos básicos de la psicología cognitiva pueden ser aplicados en las organizaciones que desarrollan una gestión de talento basada en las competencias, lo que permitirá caracterizar los roles que un profesional tiene para poder asumir y mantener un desempeño exitoso.
Es fundamental que el nivel de reto que un colaborador afronte esté acorde a sus habilidades y competencias, para evitar que se desmotive o se desvincule de la empresa.
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Cuando las empresas logran innovar en su cultura, en los procesos y en las prácticas, es muy probable que puedan combatir cualquier situación de crisis. Esto sucede cuando los directivos, líderes y sus colaboradores trabajan motivados por una visión importante, y logran alcanzar estados de eficacia cognitiva y concentración mental.
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