¿Alguna vez has oído hablar de la energía femenina? No, no se trata de ser macho o hembra, ¡así que no te asustes! La energía femenina es algo más sutil y abstracto, pero no por ello menos importante. A lo largo de la historia, ha habido muchas mujeres líderes que han demostrado su valía en todos los campos, desde Juana de Arco hasta Angela Merkel, pasando por Angelina Jolie y Frida. Pero no se trata solo de un tema de género.
Desafortunadamente, nuestra sociedad todavía da preferencia a la energía masculina, lo que nos hace creer que, para ser respetados, debemos ser más “machos”.
En realidad, lo que necesitamos es ser fieles a nosotros mismos y a nuestra propia estima como seres humanos para poder aportar auténticamente y desde la cooperación a nuestros equipos.
Por eso, hoy en Factorial te presentamos los principios masculino y femenino, que van más allá de géneros y sexos. ¡Prepárate para conocer una nueva forma de liderazgo!
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¿Qué es la energía masculina?
Bueno, piensa en un típico CEO de Silicon Valley: seguro, competitivo, enérgico y siempre buscando la victoria. Esa es la energía masculina. No hay nada de malo en ello, de hecho, es muy útil en el mundo empresarial.
¿qué hay de la energía femenina?
A menudo se la subestima o se la ignora completamente, sin embargo es igualmente importante. La energía femenina se trata de la creatividad, la empatía, la asertividad, la colaboración y la intuición. Es la que nos permite conectar con nuestro equipo y nuestros clientes de una manera más profunda.
De hecho, es muy reconocida la campaña #LikeAGirl de Procter & Gamble de 2014 sobre este tema. De acuerdo con su creadora Dalia Feldheim la idea de ese comercial era recuperar la frase “como una niña” para que significara “siéntete orgulloso de ser quién eres”, dijo para McKinsey.
“No existe tal cosa como un cerebro masculino o un cerebro femenino; todos tenemos dentro de nosotros tanto rasgos masculinos como rasgos femeninos”, dijo.
“Cualidades como la emoción en el lugar de trabajo, el trabajo en equipo, la intuición, son rasgos femeninos positivos. Los rasgos masculinos positivos son características como la dirección, el pensamiento lineal y la lógica.
“El problema que estamos viendo es que el mundo de los negocios se está derrumbando en lo que llaman el ‘masculino herido’: un mundo de competencia y poder sobre las personas, versus el poder con las personas”, concluyó.
Veamos el contexto teórico que nos permite entender estas poderosas capacidades para equilibrarlas y potenciarlas.
Balanceando los opuestos: la psicología del equilibrio
¿Cómo se manifiestan lo femenino y masculino en los negocios? En realidad se presentan en nuestro diario vivir. No solo en las empresas.
Como contexto, la luna ha sido asociada con el principio femenino debido a su conexión con el ciclo de la fertilidad femenina. Las culturas primitivas creían que la luna era vital para el crecimiento de las plantas, la fertilidad de los animales y los humanos, y, como aparecía solo de noche, con la oscuridad y la muerte.
Por asociación, la fertilidad, el nacimiento y la muerte recibieron afiliaciones femeninas.
Por otro lado el sol, los principios solares de acción y línea, se consideró masculino. Estas son las bases que están en nuestro inconsciente colectivo, explican Nilima Bhat, Raj Sisodia en el best seller recomendado por el New York Times “Liderazgo Shakti: Abrazando el poder femenino y masculino en los negocios”.
Ahora bien, Jung introdujo dos conceptos que son muy útiles para explicar el femenino y masculino y entender cómo nos movemos por el mundo: Anima y Animus. En la psicología junguiana, el ánima es el aspecto femenino inconsciente de la psique masculina, mientras que el ánimus es el aspecto masculino inconsciente de la psique femenina.
Las energías femenina y masculina también influyen en nuestra expresión de género, sin embargo, no son un factor definitorio y los condicionamientos culturales, sociales y familiares juegan un papel en la configuración de la expresión de género.
Con todo, explican Bhat y Sisodia “La energía masculina es lógica, directa, conquistadora, momento a momento, firme, robusta. La energía femenina es creativa, fluida, nutritiva, co-creativa, cooperativa, refinada, continua y gentil. Ambas energías existen dentro de nosotros y recurrimos a lo que necesitamos cuando lo necesitamos”.
¿Por qué es importante entender estos conceptos en las empresas y negocios?
Pues, según Jung, el desarrollo de una personalidad saludable requiere un equilibrio entre estos dos opuestos. Cuando el ánimus y el ánima están en armonía, un individuo puede aprovechar todo su potencial. Por otro lado, cuando hay una falta de equilibrio entre los dos, puede conducir a problemas psicológicos y, por ende, empresariales.
Por ejemplo, un hombre que reprime su lado femenino puede obsesionarse con el éxito y el poder, mientras que una mujer que reprime su lado masculino puede volverse demasiado emocional y dependiente.
También puede suceder lo contrario, lo cual en realidad es más frecuente, de acuerdo con autores como Dalia Feldheim o Barbara Annis y Keith Merron de “Gender Intelligence”. Las mujeres han tenido que adaptarse a modelos tradicionales y por eso adoptan algunos comportamientos del modelo patriarcal que no son necesariamente los más idóneos pero sí se explican dadas las creencias sobre liderazgo aceptadas: “Interpretan que deben convertirse en cazadoras y violentas, y que ser fuerte y tener confianza implica ser quien no eres”, explica Sallie Krawcheck en su libro “Own It: The Power of Women at Work”.
Durante muchos años, para avanzar en sus carreras en industrias predominantemente dirigidas por hombres, las mujeres han necesitado ejercer su influencia a través de la energía masculina.
El estigma en torno a “ser demasiado femenina” se ha asociado con la falta de eficacia y la debilidad, dejando a las mujeres ambiciosas con pocas opciones. Mientras tanto, los hombres han tenido la presión social de controlar sus emociones en la puerta para ser percibidos como fuertes.
Como resultado, los hombres que se sienten cómodos mostrando compasión han sido etiquetados como suaves o susceptibles. Por lo general, esto se ha visto como una cualidad que disminuye la capacidad de liderazgo en lugar de fortalecerla, explica Carolina Caro para Forbes.
Hoy, nos estamos alejando de estos estereotipos de género limitantes. Para rendir al máximo de nuestro potencial, es importante aprovechar nuestras energías tanto femeninas como masculinas, independientemente del género.
Así que no, la forma militarista hipercrítica de hablar con la gente no proviene de un entorno empresarial con lados masculinos y femeninos equilibrados. Este, de nuevo, es un error de interpretación. Al comprender y aceptar su propia ánima o ánimus, las personas pueden desarrollar una personalidad más equilibrada y saludable, lo que se traduce en un liderazgo más efectivo en el mundo empresarial.
Independiente del género o sexo, si solo nos enfocamos en la energía masculina, podemos terminar siendo demasiado agresivos, competitivos y egoístas. Por otro lado, si solo tenemos energía femenina, podemos ser demasiado pasivos, indulgentes y poco competitivos.
Es importante reconocer la importancia de ambas energías, la masculina y la femenina, en nuestras organizaciones y trabajar para equilibrarlas. Al hacerlo, podemos crear un ambiente más productivo, colaborativo y empático para nuestro equipo y nuestros clientes.
Hay un reconocimiento en todas las culturas de que tanto los principios masculinos como femeninos son vitales para la creatividad: lo masculino y lo femenino deben trabajar en armonía para permitir que florezcan los procesos creativos de la vida. Y tanto hombres como mujeres han sido condicionados a valorar cualidades de liderazgo tradicionalmente consideradas masculinas: jerárquicas, a veces individualistas y militaristas.
Hay mucho más de lo que puedes explorar de ti y de tus equipos balanceando estas cualidades.
Equilibrando las cualidades masculinas y femeninas en el ambiente laboral
Es importante reconocer la importancia de ambas energías y trabajar para equilibrarlas. Aquí hay algunas formas de hacerlo.
En nuestros equipos:
- Fomentar la colaboración en equipo: en lugar de fomentar la competencia interna, te sugerimos fomentar la colaboración entre los miembros del equipo. Esto permitirá que las habilidades de la energía femenina, como la empatía y la creatividad, se desarrollen y se utilicen de manera efectiva.
- Practica la escucha activa: al escuchar activamente a nuestros empleados y clientes, estamos practicando la energía femenina de la empatía y la conexión. Esto puede ayudarnos a comprender mejor sus necesidades y a tomar decisiones más informadas.
- Fomentar la innovación y la creatividad: en lugar de seguir haciendo las cosas de la misma manera, fomenta la innovación y la creatividad. Esto permitirá que la energía femenina de la creatividad y la intuición se utilice de manera efectiva.
- Practica la autogestión: la energía masculina a menudo se trata de controlar y dirigir. Pero, es igualmente importante practicar la autogestión, es decir, la capacidad de dejar ir y permitir que las cosas fluyan naturalmente. Esto es una práctica clave para equilibrar ambas energías.
En nuestro desarrollo como líderes:
- Busca el equilibrio. Aquí es cuando deberías mirar si la balanza se inclina más en una energía que en la otra. ¿Estás exhibiendo demasiada energía masculina o demasiada energía femenina? ¿Cómo se puede crear más equilibrio? ¿Qué comportamientos específicos ayudarán a mantener un sentido de equilibrio para ti y tu equipo?
- Se intencional. Una vez que tengas claro lo que tiene oportunidad de mejora, establece la intención de traer esa energía a tu ejercicio diario. Por ejemplo, si notas que falta tu energía femenina en un escenario, puedes optar por inyectar un enfoque más intuitivo o invitar a más creatividad. O, a veces, la situación puede requerir lo contrario, donde se requiere más energía masculina. Es entonces cuando podría ser más apropiado inculcar más estructura, delinear los entregables y centrarse en los plazos.